El regalo que le dio Christian Camilo Rincón a Erika Aponte el día antes de asesinarla y causó indignación

Un extraño regalo de Christian Rincón a Erika Aponte apenas un día antes de su muerte, ha causado revuelo por el trasfondo del mismo

Hace dos años, Bogotá vivió una de las tragedias más estremecedoras ocurridas en pleno Día de la Madre. Érika Aponte, una joven de 26 años, fue víctima de feminicidio a manos de su expareja, Christian Camilo Rincón, quien la atacó en su lugar de trabajo, en el centro comercial Unicentro, al norte de la ciudad.

Aunque el caso generó una fuerte ola de indignación en todo el país, aún hoy, más de dos años después, siguen saliendo a la luz detalles sobre lo ocurrido. Recientemente, Nazario Aponte, padre de Érika, ofreció una entrevista en la que relató con profundo dolor cómo fueron los últimos momentos de su hija aquel fatídico 14 de mayo de 2023.

Uno de los detalles más escalofriantes revelados por el padre fue el regalo que Christian le hizo a Érika apenas un día antes del crimen. Un gesto que en su momento pudo parecer inofensivo, pero que hoy cobra un perturbador y macabro significado, pues evidencia que el feminicida ya tenía todo planeado.

¿Cuál fue el regalo de Christian Rincón a Erika Aponte antes de asesinarla?

En una reciente entrevista concedida al pódcast Más Allá del Silencio, Nazario Aponte, padre de Érika Aponte, reveló detalles estremecedores sobre los días previos al feminicidio de su hija, ocurrido el 14 de mayo de 2023, en pleno Día de la Madre.

Según su relato, Christian Camilo Rincón, expareja de Érika, había comenzado a seguirla días antes del crimen, presuntamente con la intención de acercarse a ella, a pesar de que existía una orden de alejamiento vigente. El jueves 11 de mayo, el hombre se presentó en el centro comercial Unicentro —donde trabajaba la joven — con tal insistencia, que Érika tuvo que llamar a la policía para que hicieran respetar la medida de protección.

Lejos de detenerse, al día siguiente, viernes 12, Christian volvió al lugar, esta vez con un gesto aparentemente inofensivo: una flor. Su intención era entregársela personalmente, pero los compañeros de trabajo de Érika le impidieron el acceso, conscientes de los riesgos que ella enfrentaba. Aquel intento de acercamiento se convertiría, trágicamente, en la antesala del crimen que conmocionó a toda una ciudad.

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